El ascenso hacia la igualdad - La historia de las emblemáticas escaladoras Cholitas

Noticias | Publicado: 22 de marzo de 2024

La historia de Julia Quispe Tuncuta habla de resiliencia, de determinación y del poder de superar obstáculos. Originaria de la comunidad alejada de Chucura, en el altiplano boliviano, Julia descubre el alpinismo a los 10 años de edad, ayudando a su padre a transportar el material para los turistas que exploran las cimas de los alrededores de La Paz. 


Siguiendo los pasos de su padre, Julia se convierte en una porteadora profesional en La Paz, donde acompaña grupos de turistas que llegan para trepar las montañas bolivianas. Fascinada por las emociones vividas por los alpinistas, las joven nutre su ambición en secreto: escalar ella misma las montañas. Sin embargo, equiparse es caro y las mujeres son escasas en ésta disciplina. Las que, como Julia, visten el traje tradicional aymara y su falda, la “pollera”, sufren una gran discriminación. 
Tradicionalmente relegadas a los papeles de cocineras o de porteadoras en los ascensos, las mujeres indígenas han, aun así, desarrollado un gran conocimiento de los macizos a lo largo del tiempo. Julia no se deja desalentar y alcanza a escalar el Illlimani, la segunda montaña más alta de Bolivia, vestida con su traje tradicional. Lejos de tratarse de un logro únicamente personal, ese ascenso simboliza la autonomización de las mujeres indígenas del mundo entero. 


« Mi pollera me da fuerza, es la identidad de mi comunidad. » Julia Quispe Tuncuta


Ese momento decisivo encendió su pasión, que desde entonces la ha llevado a conquistar las cimas difíciles de Argentina, Bolivia y Chile, hasta escalar la Aconcagua, el pico más alto de América del Sur, con el grupo Women for the Summit, en febrero de 2023. 


La trayectoria de Julia ha abierto el camino al movimiento de las « Cholitas Escaladoras », formado por mujeres indígenas aymaras escalando las cimas suramericanas en traje tradicional. Así, cuestionan los estereotipos culturales anclados en la sociedad boliviana, demostrando que las mujeres son capaces de afrontar cualquier desafío, y que tienen su lugar tanto como los hombres en este ámbito. 


Gracias al apoyo, entre otros, de CECI-Bolivia y del PCV-CECI, que les ha permitido constituir una asociación y acceder a colaboraciones estratégicas, la influencia de Julia y de las « Cholitas Escaladoras » se extiende ya más allá de sus propios esfuerzos. Convertidas en fuentes de inspiración y esperanza para incontables jóvenes mujeres que se enfrentan a barreras sociales o discriminación, transforman tanto vidas individuales, como comunidades enteras. También abren camino a cambios mayores, como el acceso a las mujeres a la Asociación de guías de alta montaña de Bolivia, que les permite obtener un reconocimiento oficial de sus competencias. 


Actualmente presidenta de la asociación Bolivia Cholitas Climbing, Julia sigue organizando excursiones para los turistas, compartiendo su pasión y animando a las demás a trepar nuevas cimas. Con el apoyo de CECI, las escaladoras Cholitas pueden hoy seguir cursos y obtener certificados de guías y socorristas de alta montaña, profesionalizando su actividad y permitiéndoles aumentar sus ganancias. 


« Gracias a éstas montañas, al CECI-Bolivia […] y a Gabriela [Soliz - voluntaria del PCV-CECI], que me han apoyado, estoy aquí. » Julia Quispe Tuncuta


 « […] hemos apoyado la creación de la asociación  Cholitas Escaladoras para cambiar el papel de las mujeres en las montañas de Bolivia. Antes, eran porteadoras, cocineras o limpiadoras, hoy son guías de alta montaña, nos muestran lo que las mujeres son capaces de conseguir […] por eso se han convertido en iconos nacionales ». Gabriela Soliz, voluntaria del PCV-CECI en Bolivia. 


La historia de Julia y de las Cholitas no se limita a alcanzar cimas; se trata de romper los estereotipos, de superar la adversidad y de trazar la ruta de la emancipación para las generaciones futuras. Sus trayectorias nos recuerdan que con determinación, un apoyo adecuado y una fe inquebrantable en sus propias capacidades, todo es posible. 

Este testimonio proviene de las actividades del Programa de Cooperación Voluntaria del CECI financiado por el Gobierno de Canadá.
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